martes, 31 de octubre de 2017

¿evaluamos?

CC0 Santiago Fabregat
No es una pregunta retórica. Claro que evaluamos. Es una parte inherente al proceso de aprendizaje. Necesitamos evaluar todo lo que hacemos como docentes, y lo que consiguen nuestros alumnos, y cómo funcionan nuestros centros de enseñanza, y el desempeño de todos los agentes involucrados en esta tarea, tan apasionante... y tan sensible.

Yo como educador en continuo proceso de mejora y aprendizaje necesito aprender a evaluar mejor, para acompañar mejor el aprendizaje de mi alumnado. Para adecuar el rumbo a las necesidades de la singladura.

Y todo desde una apuesta ética por la construcción colectiva del conocimiento. Por compartir lo que es y debe seguir siendo accesible y abierto a quienes lo quieran utilizar. Porque esa es la manera de que crezcamos juntos como seres humanos, de que la sabiduría se nutra de lo que cada uno podamos aportar.

Me apunto a buscar instrumentos y métodos nuevos de medir el aprendizaje y sus procesos. Formas colaborativas, democráticas, consensuadas, inclusivas y respetuosas con cada individuo involucrado: alumnado, docentes, directivos, legisladores, gobernantes...

Sin desterrar ni despreciar lo que ya tenemos, sin obsesión por sustituir lo viejo por lo nuevo ignorando que esa sabiduría colectiva es fruto de la acumulación de logros de generaciones que nos precedieron.

La educación, y con ella las formas de evaluarla, serán en este siglo XXI tan diferentes de las que conocemos, como idénticas en cuanto a necesidad de constante y activa actualización y autorreflexión.

De momento podemos empezar por intentar mejorar los efectos secundarios adversos inherentes a muchas acciones de evaluación tal y como hay las concebimos y ponemos en práctica. Reducir tensiones, bloqueos, miedos y rechazos.
¿Y si consiguiéramos que la evaluación también se pudiera disfrutar?

lunes, 30 de octubre de 2017

Curso "Evaluar para aprender". Mis expectativas.

CC0 Pixapopz vía Pixabay
Me gustaría saber cuántas entradas de blog, especialmente de autores primerizos que se inician en este mundillo, son fruto de un "encargo" relacionado de alguna forma con el ámbito educativo. Cuántas diariamente y a lo largo y ancho del planeta y de nuestra querida telaraña virtual.
Esta es una de ellas. Es una tarea propuesta por nuestros profesores en el marco del curso "Evaluar para aprender", que acabo de empezar en el Aula Virtual del CRIF Las Acacias de Madrid.

Yo, obedientemente y como alumno que aspira a la excelencia 😏, procedo a cumplir con las condiciones que se nos proponen, y de paso a reflexionar sobre el sentido último y relevante del proceso de evaluar los aprendizajes.

CC0_Alexas_Fotos vía Pixabay

Empiezo por una breve presentación. Soy Santiago, arquitecto por formación y devoción desde hace casi tres décadas, docente en diferentes contextos también desde "mi juventud", y embarcado desde hace un par de años en la aventura de acompañar en la educación y el crecimiento de las próximas generaciones, desde el ámbito de la enseñanza secundaria reglada en un colegio de Madrid. Este curso en concreto imparto Matemáticas y otras disciplinas afines en ESO y FP Básica.




Mi motivación para alistarme en este curso online, de título tan sugerente como enigmático, es reconciliarme con este aspecto de la educación que, aún reconociendo su necesidad y conveniencia, no deja de provocarme una sensación agridulce e incluso cierto desasosiego retrospectivo. Y no, no es porque haya sido estudiante asiduo al "necesita mejorar" (el "deficiente" o "muy deficiente" más castizo de mi infancia). Es que considero que en toda acción evaluadora subyace siempre, junto a sus indudables virtudes y bondades, una intención manipuladora y coercitiva no siempre consciente y, desde luego, nunca confesada.
CCO Thomas Galvez via Flickr



Me gustaría reflexionar y aprender sobre por qué y para qué es imprescindible evaluar los aprendizajes. Sobre cómo hacerlo mejor y con qué instrumentos. Y sobre cómo conseguir que, tanto para docentes como para aprendices, la experiencia deje de ir asociada a conceptos negativos como sufrimiento, insatisfacción, dominio o competitividad insana.
CC0 qimono via Pixabay
Como aspectos concretos, me interesa la evaluación del aprendizaje cooperativo y la personalización e individualización desde la inclusión.

El reto es ambicioso, sugerente, útil... y seguramente fructífero y rentable. Por compromiso que no quede. Nos ponemos a la tarea, ¿te apetece acompañarnos? 

Por una construcción colectiva del conocimiento